Aproximación a la estructura de la danza: Ser y No-ser

La evolución no es un proceso continuo y uniforme.

Geneviève Cailloux y Pierre Cauvin  


Quizás existan tantas maneras de reconocerse y ubicarse en la propia trayectoria evolutiva como personas despiertas habitamos en este planeta. Se trata ahora de utilizar una herramienta universal, que nos valga a todos los seres humanos, para enmarcar la conciencia individual en el recorrido de la propia vida. Más allá de ese contexto autoreferencial, donde cada cual se clasifica y define a sí mismo dentro de un marco tan amplio como la propia imaginación llegue a dibujar, se nos propone una fórmula, sencilla y práctica, para que podamos darnos cuenta del grado de acoplamiento entre la propia naturaleza innata y el condicionamiento adquirido a lo largo y ancho de nuestra encarnación. 


Gracias a esta fórmula, vamos a poder contemplar el espectáculo de la Gran Danza: la que protagonizan el Ser y el No-ser. 


Quienes se familiarizan con el gráfico de su diseño, terminan asumiendo (nunca desde la creencia, si no desde la constatación empírica de sus propias mecánicas) que nada más aterrizar en este plano material y empezar a ser percibidos y sentidos por los que ya estaban aquí, llegaron con una información única (las improntas de diseño y de personalidad) codificada en la capa más profunda de su naturaleza: su ADN. De esta manera reconocen (porque así se manifiesta en cada bioforma o vehículo humano) que esta información -única e intransferible- forma parte de un programa evolutivo que se va actualizando y se despliega en la experiencia de cada organismo cuerpo-mente. 


Lo que puedes VER (gracias a este gráfico que define tu singular proceso evolutivo o programa genético individual) es la relación entre lo que permanece constante en ti, y por ende te constituye: tu naturaleza esencial. Y lo que viene a ti en cada experiencia de interacción con lo que no te constituye y, por lo tanto, tal como viene puede marcharse dejando (o no) un aprendizaje necesario para ti, que complementa y actualiza lo que ya sabias gracias a tu constitución innata. De manera más simple: el gráfico de tu diseño te revela la relación dinámica entre lo que traes de serie, y los extras que complementan (o no) a la impronta genética que se despliega en ti desde el mismo instante de tu nacimiento.


En esta relación de entrar y salir de información, de experimentación con lo que aún no eres, consiste la danza permanente entre el Ser y el No-ser. 


Te invito a observar tu cuerpo gráfico. Fíjate en los centros y en las conexiones entre ellos: los canales. En la superficie de tu mapa hay zonas que vienen coloreadas y otras que están en blanco. En esta primera aproximación presta atención únicamente a los centros. Aunque en ocasiones muy excepcionales todos los centros están sin definir (en blanco), lo habitual es que dos o más centros aparezcan coloreados (definidos); nunca uno solo. Para que haya color en un centro tiene que haber color en otro centro con el que se encuentra conectado directamente a través de un canal. Así mismo, las dos partes del correspondiente canal que los define o colorea, estarán coloreadas. El que aparezcan en rojo y/o en negro se debe a que ese número (puerta, hexagrama o clave genética) que representa a un codón específico o de tu ADN hay sido activado o imprimido aproximadamente tres meses antes de tu nacimiento y/o en el mismo instante de tu nacimiento. El rojo representa a un codón que opera a nivel inconsciente y el negro a otro que opera conscientemente. Estas activaciones son llamadas puertas armónicas por formar parte de los extremos de la misma fuerza vital o canal.


El objetivo de esta introducción es que puedas ver por ti mismo que toda la información imprescindible para ti está anclada y codificada en este Cuerpo Gráfico Individual.


¿En qué consiste la fórmula?


Empezamos la observación por los centros que no traen color. Aquí están ubicados los receptores de información más sensibles de tu bioforma. Se trata de aquellas áreas de tu organismo con una predisposición natural más abierta al condicionamiento del entorno. Su vulnerabilidad las hace aptas para absorber y amplificar la información que reciben de la vida a tu alrededor. Es para esto para lo que han sido diseñadas. Una vez realizada esta función recuperan su capacidad de absorción y amplificación para recibir la nueva información, y así siguen filtrando y descodificando información mientras transcurre el viaje. Debido al contexto social dominante en la cultura occidental, y a los modelos educativos que siguen operando en nuestro entorno más próximo (a pesar de haberse demostrado tremendamente disfuncionales para el despliegue del potencial innato en naturaleza humana) durante este proceso de condicionamiento gran parte de la información es retenida y queda fijada en los registros personales de la memoria. El problema deviene (y esto es más habitual de lo que cualquiera imaginamos) cuando ese condicionamiento del entorno no acompaña la singular danza del Ser y el No-ser (única y nueva en cada ser humano). Las consecuencias de estos modelos dan origen al fenómeno de la distorsión.


En este marco educativo que acompaña nuestros primeros años de vida se consolidan nuestras fijaciones más férreas y, a veces, la distorsión es tan grande que esos centros abiertos y receptivos a la información se convierten en verdaderas murallas defensivas. Desarrollamos mecanismos de adaptación frente a los posibles ataques que proceden del entorno y así se define una nueva estructura más rígida y menos porosa que nuestra estructura orgánica original. Afortunadamente, estos mecanismos de defensa que definen la estructura del carácter (que fueron necesarios y se crearon en las etapas más tempranas de nuestro crecimiento) son muy previsibles. De igual manera, son fácilmente identificables cuando aprendemos a mirar el gráfico de nuestro diseño. 


Carta Rave Individual

Vamos a tomar como ejemplo el gráfico particular que se muestra sobre estas líneas. Al traer un único centro en blanco resulta fácil y directo identificar el mayor foco de condicionamiento de este ser humano: el Centro de la raíz. Este centro está asociado al sistema glandular de las suprarrenales y está diseñado para procesar el estrés. Comprender los mecanismos de la presión física de la adrenalina en el organismo, que son regulados por este centro, resulta esencial para mantener un equilibrio saludable en la cantidad de estrés que experimentamos. Gracias al los aprendizajes que recibimos a través del centro de la raíz podemos llegar a experimentar esa sensación vital óptima que se traduce en eficiencia y alegría de vivir. 


Cuando el portador de este centro sin definir es un recién nacido, o con pocos años de edad, tenemos aquí a un ser humano que va a ser percibido como inquieto y no tardará en ser etiquetado como el niño “movidito” de la clase. En el peor de los casos va a ser diagnosticado de TDAH y medicado ya que, desde esta mirada distorsionada y perversa, supone una amenaza para la tranquilidad de su entorno, especialmente cuando está en el colegio y no puede permanecer quieto en su silla cuando eso sería lo ideal para todos. Ese supuesto trastorno no es otra cosa que la manifestación del mecanismo de absorción y amplificación de la frecuencia del entorno (el campo energético de los demás niños, profesores o acompañantes) de este niño, cuya presencia sería una bendición en un entorno diferente: en la naturaleza o, quizás, rodeado de un pequeño grupo de aquellos que son los correctos para él en cada momento concreto de su desarrollo. Porque en Diseño Humano todo es cuestión de corrección (o no) con uno mismo. Sin embargo, mientras el niño es dependiente, son los padres los que toman las decisiones de en qué escenarios va a ser educado su hijo. Por desgracia, muy pocos padres, profesores o adultos son conscientes de estos fenómenos de interacción entre la naturaleza innata del niño (el equipamiento energético de su vehículo) y lo que hace su organismo con lo que recibe de su entorno. De ahí que la danza entre el Ser y el No-ser pueda ser delicadamente armonizada o bien profundamente distorsionada. Y entre estos dos extremos, que vamos a calificar como integración y desintegración de la frecuencia original, podríamos establecer tantos baremos como nuestra capacidad lingüística nos lo permita para identificar el grado de acoplamiento, ajuste, salud o equilibrio en el que se desenvuelve la vida de cada ser humano. A estos gradientes de salud, a partir de lo que se considera edad adulta, se les suele llamar niveles de conciencia. No son pocos los que han dedicado buena parte de su vida a investigar y organizar los diferentes niveles en tablas o clasificaciones, como por ejemplo el Dr. Hawkins.


No es raro que nos encontremos con que la distorsión ha permeado hasta afectar a los centros coloreados de algunas personas y, aún con la raíz definida, nos encontremos casos con tendencias obsesivas que proyectan su presión adrenal en otros, que no pueden lidiar con su estrés, a través de expectativas poco razonables; o bien personas que retienen la presión en el cuerpo o no la saben liberar adecuadamente. Es por esto que al principio del experimento es conveniente formularse preguntas específicas en relación a cada uno de los centros, estén coloreados o no. Nuestra forma de responderlas nos permitirá darnos cuenta del nivel de salud (integración/desintegración) de nuestra danza particular.


En una primera puesta en escena vamos a ver y sentir cómo se encuentra nuestro organismo a nivel del Centro de la raíz. La pregunta más apropiada para un sondeo general podría ser esta: 


¿Todavía haces las cosas con prisas por acabar con la presión que experimentas?


Centro de la raíz


Otras preguntas para seguir sondeando la tensión que experimentas en este centro:


¿El tengo que... no te deja vivir relajadamente?


¿Te sigues quejando de que no tienes suficiente tiempo para ti?


¿Te invaden la presión y la ansiedad cuando te detienes a descansar?


¿Sientes que nunca tienes tiempo para nada?


¿Asumes el estrés de los demás como si fuera tuyo?


¿Eres impaciente


¿Dedicas más tiempo a lo urgente que a lo importante?


Lo que se está proponiendo aquí mediante la formulación de preguntas específicas a cada uno de los centros que están sin definir en tu diseño, es que observes a tu mente hablándote de ti y de tu vida. Te vas a dar cuenta de que, mientras el proceso de decondicionamiento no se haya hecho efectivo, tu mente está tratando de tomar decisiones permanentemente. Vas a ver y localizar tus diferentes diálogos internos y cómo mantienen un estrecha relacción con los centros que están sin definir en tu diseño. Estos centros son los focos donde es más fácil detectar las entradas del condicionamiento que distorsiona tu expresión natural y la relación fluida con tu entorno: la danza del Ser y el No-ser que has venido a Ver


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