Las piedras y el murmullo del Río

   La realidad manifiesta, dicho de otro modo, está compuesta de niveles o grados diferentes, desde los más bajos, densos e inconscientes hasta los más elevados, sutiles y conscientes.

Ken Wilber 

   Durante milenios, la humanidad ha intentado comprender el propósito de la vida desde una dimensión espiritual, pero hasta hace bien poco no hemos tenido la capacidad de comprender el propósito de la vida desde una dimensión material.

Richard Rudd

   Todo ser humano tiene en su interior, en su alma, un sonido bajito, su nota, que es la singularidad de su ser, su esencia. Si el sonido de sus actos no coincide con esa nota, esa persona no puede ser feliz. 
Sofía Prokoffieva
  

    La escritura es ahora un vehículo que me permite ver lo que está oculto a los ojos; mirar dentro, comprender y vivir este momento con toda la presencia de la que soy capaz. 

Mirada detenida del caminante al borde del camino

Un viajar hacia dentro mirando a mi alrededor y descubrir donde están las piedras que dificultan el fluir del río.

Un ejercicio, una constante para ir decantando el agua, el propio ser que emerge; para limpiar la mente y liberarla de esa responsabilidad que no le corresponde y de la que es incapaz de ocuparse con acierto: dirigir el río.

El Ser, la esencia, la semilla que va creciendo desde cada organismo, siente necesidad de expansión, de espacio, de un medio apropiado donde desplegar su potencial y llegar a florecer.

¿Hacia donde se dirige el río en el que viajo?

¿Cuales son las fuerzas que lo mueven?

¿Existen unas constantes vitales que lo hacen comprensible?

Una mente intoxicada de ‘educación’ necesita confiar en algo para soltar el volante y dejarse llevar por las fuerzas del río.

El objetivo sería entonces descubrirlas, reconocerlas, mirarlas, observarlas, verlas, integrarlas, acompañarlas... Crear las condiciones vitales más apropiadas para que esas fuerzas que son propias y constitutivas de cada individuo, de cada Ser, que están aquí siempre, empujando y tantas veces reprimidas, se muevan, se desarrollen, adopten su propia forma y se manifiesten contribuyendo al gran río de la creación.

Escuchar esa nota suave que hay en ti y en mi, y que forma parte esencial de la gran orquesta del universo, de una misteriosa creación que permanentemente nos invita a esta danza, a dejar de poner piedras... allá donde nos lleve el Río*

*Este escrito fue publicado en nuestro blog Despertar y Mirar en mayo de 2015 con el título INcorporar 

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